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En la entrega de los premios Oscar, no sólo se reconoce el talento de grandes directores, o de grandes actores o actrices participantes de largometrajes. Sino que también se le presta mucha atención a nuevas promesas que enriquecen la poesía cotidiana del mundo audiovisual, con propuestas diferentes, aunque cercanas. Y es que el género del cortometraje a veces queda en el olvido, cosa que considero penosa, siendo que los primeros trabajos de cualquier director suelen ser cortos. Así como también, y relegado un poco a categoría inferior, quedan los audiovisuales realizados en animación.
Aunque el favorito, se creía, era Presto, de Pixar, el ganador como mejor corto de animación en los Oscar fue «The House of Small Cubes«, del japonés Kunio Kato. Un premio que considero merecidísimo, siendo que el trabajo que él ha realizado es impecable, tanto desde el guión, como desde la realización. Con técnicas de animación en 2D, o sea, dibujo por dibujo, ha logrado una película de 10 minutos, aproximádamente, que revela el submundo de un hombre sólo, aunque con un pasado sepultado bajo el océano de la vida.
Aquí les dejo el cortometraje, para que disfruten.