Guillermo del Toro vuelve a asombrarnos con su poder imaginativo ofreciéndonos, al igual que El laberinto del Fauno, un mundo mágico y de ensueño en su película; aunque, esta vez, sea una película de superhéroes, de cómics, Hellboy.
En esta segunda parte, Hellboy 2, el ejército dorado, como ya conocemos cómo nació la criatura, dónde vive y a qué se dedica, Del Toro puede explayarse con la acción y los efectos especiales que, dicho sea de paso, son mucho mejores que en la primera parte. De todas maneras, ese Hellboy niño que sale en la primera parte de la película es poco creíble y ya de paso deberíamos preguntarnos si la opción de Del Toro de realizar su SuperHéroe con maquillaje en vez de con F/X es una opción acertada en pleno siglo XXI.
La historia es como un cuento de niños pero revestido con el toque del genial director mexicano que a algunos le gustará y a otros no pero, definitivamente, crea películas diferentes.
Lo malo es que son tan diferentes que parece que son poco comerciales porque la primera parte costó 66 millones de dólares y recaudó 59 mientras que en esta segunda parte no se ha escatimado en presupuesto alcanzando la cifra de 85 millones de dólares y sólo van recaudados 75 en USA y 127 en todo el mundo.
Resumiendo en esta nueva entrega, y veremos si hay tercera porque el director tiene ahora un proyecto de varios años con la adaptación al cine de El Hobbit, están todos los personajes de la primera, hasta el padre de Hellboy que murió en la primera aparece al principio de la película, y tenemos un personaje nuevo en la compañía secreta de Caza Monstruos, un ser que parece un buzo pero sólo es pura esencia (humo). Y, como no, tenemos nuevo malo malísimo que da mucho juego debido al mundo al que pertenece.
Para mi gusto, debería haber sido un poquita más corta pero aún así no se hace pesada. Para pasar un rato entretenido comiéndote unas palomitas.