Juliette Binoche, un homenaje

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He hallado en el sitio MundoCine un artículo que me ha parecido excepcional, tanto en su forma como en su temática. Homenajeando a la excelente actriz Juliette Binoche, Marc Monje ha hecho un excelente trabajo. Aquí dejo el articulo, para que disfruten.

«Pasado los años la actriz Juliette Binoche se ha convertido en una importante y significativa referencia del cine europeo.

No tiene el nervio, la resolución en el gesto, quizás la personalidad de Isabelle Huppert, pero sí ofrece a cambio un rostro (la fascinante geografía que el director debe explorar con la cámara, decía Dreyer) cuya característica no es la belleza o espectacularidad, sino una cualidad de introspección.

Penetrar en la mirada de Juliette Binoche es ya un acto poético, una vista también a nuestro propio interior; quizás sea simplemente magia, o la conjunción extraordinaria de unos ojos en el filo del llanto, unos labios elegantes, que pueden afirmar o negar con igual veracidad, o la piel fría que la hace tan distante aunque también extrañamente cercana, pero lo cierto es que Juliette Binoche actúa con el rostro y expresa ideas con él, pocas actrices pueden conseguirlo como ella. Se ha dicho en alguna ocasión: “puede convencerte de que está pensando sin necesidad de hacer nada de una manera obvia”.

La primera película importante de Juliette Binoche fue “Yo te saludo, María” dirigida, nada menos, que por Jean Luc Godard. Corría el 1985, y en el mismo año la joven actriz trabajará también con otro director de prestigio, André Techiné, en “Rendez-vous”.

En 1986 se produce su primera colaboración con el extraño director Leos Carax, en el film “Mala sangre”, cuya temática gira alrededor del SIDA, pero será en la temporada siguiente cuando Juliette Binoche atraiga la atención internacional con “La insoportable levedad del ser”.

Ya en 1991, “Los amantes de Pont-neuf” obtiene un gran éxito, dirigida de nuevo por Leos Carax.

El mismo año que rueda la adaptación de “Cumbres borrascosas”, Juliette intenta cambiar su registro habitual con “Herida”, film de sonado erotismo que la une carne con carne a Jeremy Irons en un rodaje bajo las órdenes de Louis Malle, durante el cual ambos actores acaban por no soportarse.

El cambio definitivo para la actriz llega con la primera película de la trilogía de los tres colores de la bandera francesa –”azul”, “blanco”, “rojo”- dirigida por el polaco Krzysztof Kieslowski. Juliette protagoniza la primera de la serie, “Azul”, de 1993, aunque aparece en algún cameo en las dos siguientes; antes de empezar el rodaje había rechazado, sin titubear, un papel en el gran “Parque Jurásico” de Spielberg, por el que muchas actrices habrían matado.

“Azul” conseguirá triunfar en los Cesar, los Felix y en Venecia, y embutiría a Juliette en una clase de personaje introspectivo, estático, reflexivo en el que muchos todavía la reconocemos. En el film de Kieslowski interpreta a la mujer de un famoso compositor que se queda viuda después de un accidente de tráfico genialmente visualizado al principio de la película. A partir de este percance veremos cómo el personaje se regodea en su pena, intenta salir a flote y finalmente se redime. El director supo extraer la máxima expresividad con el mínimo gesto de la actriz, una sóla palabra de ella basta para abrir la puerta de sus pensamientos y su dolor interior. Primeros planos emocionantes y pequeñas acciones ante las que sobran las palabras, como Juliette caminando junto a una pared de piedra mientras deja arrastrar su mano por la roca cortante hasta que le sangra el puño.

Después de “Azul”, Juliette queda embarazada y se toma un año sabático. Su hijo se llamará Raphael.

En 1995 participa en el film más caro de la historia del cine francés hasta entonces, “El húsar sobre el tejado”, dirigida por Jean Paul Rappeneau, donde la actriz interpreta a Pauline de Theus.

El mundo de la moda no tardará en aprovechar el codiciado rostro de la Binoche, y se formalizará un contrato que la convierte en imagen de Lancôme. Rodará varios clips y posará como modelo en diversas sesiones fotográficas.

En 1996 se adentra en la comedia romántica con “Romance en Nueva York”, con William Hurt de coprotagonista.

Juliette merecía ya un reconocimiento a nivel masivo, un paseo por la fama de Hollywood sin perder, eso sí, el buen ojo que siempre la ha involucrado en films de buena calidad. La oportunidad llega con “El paciente inglés”, dirigida por Anthony Minghella, adaptación de la novela de Michael Ondaatje. Se trata de un melodrama épico, terribilista y apasionado (aunque aburrido y carca en opinión de muchos), que protagonizan Ralph Fiennes, Kristin Scott Thomas, Willem Dafoe y la misma Juliette encarnando a una bondadosa enfermera. Consigue el Oscar a la mejor actriz secundaria, una más de las nueve estatuillas que obtiene el film, además del reconocimiento en el festival de Berlín.

En 1998 debuta como actriz teatral en Londres, con una obra de Pirandello, y rueda además “Alice y Martin”, de nuevo con André Techiné.

En 1999 “Elogio del amor”, y en el 2000 la impactante “Código desconocido”, de Michael Haneke, donde consigue una de sus mejores interpretaciones, y si no, repasad la brutal escena en el metro, uno de los momentos más violentos psicológicamente que he visto en el cine.

“Chocolat”, dirigida por Lasse Hallström, le proporciona una nueva nominación al Oscar. Para preparar su papel la actriz estuvo trabajando durante un tiempo en una chocolatería de París. Uno de sus últimos destacados films, “Jet lag” (2003) la empareja con Jean Reno, el popular actor francés. También citar “In my Country” (2005) y “Caché escondido” (2006).


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